Estados Unidos. Trump sigue moviendo sus piezas en el ajedrez geopolítico mundial

Por Guillermo Cieza, Tramas, Resumen Latinoamericano, 5 de marzo de 2025.

Después de humillar pública y mediáticamente al presidente ucraniano, suspendió la entrega de armas a ese país. El movimiento de DonaldTrump provocó la reacción de líderes europeos involucrados en la continuación de la guerra, que advierten que Volodimir Zelenski es apenas el primero de la lista. Otra de sus jugadas fue amenazar al gobierno venezolano con impedir las operaciones de la petrolera Chevron en ese país y después prorrogar esa licencia por seis meses.

Quien pudo ver el video, que se difundió masívamente, sobre la entrevista en el Salón Oval entre Trump y Zelenski, seguramente recordó escenas de películas donde un rey sentado en el trono disfruta un momento de las morisquetas de un bufón y después lo empieza a golpear sin piedad. La vinculación no es fantasiosa. Como bien se los dijo Jeffrey Sachs en su discurso en el Parlamento Europeo, que publicamos en Tramas, Estados Unidos instigó al bufón ucraniano a provocar a Rusia y consiguió además involucrar a toda Europa en esa aventura bélica. Ucrania ha perdido mas de cinco millones de habitantes que emigraron, tiene cientos de miles de muertos, y su infraestructura destruida, y ahora Trump le exige firmar un acuerdo donde Estados Unidos se apropia de la mitad de sus reservas petroliferas y de “tierras raras”, y Rusia se asegura de mantener despejada la salida de su flota al Mar Negro, pero además incorpora el Donbas habitado mayoritariamente por ucranianos que se sentían culturalmente mas cerca de Moscú, que de Kiev. En otras palabras, este acuerdo Trump-Putin significa una rendición incondicional para Zelenski, y además significa un bochorno para los líderes europeos. Ellos tendrán que explicar a sus pueblos por qué se involucraron en una aventura que, entre otras costos, le significó pagar el doble por la energía, después de las sanciones y el sabotaje a los gasoductos Nord Stream 1 y 2. Buena parte de la izquierda europea, o eurocéntrica ha fortalecido su arsenal teórico con un hallazgo estremecedor: el imperialismo yanqui existe.

Los líderes europeos reaccionaron en un primer momento apoyando a Zelenski, pero advierten que no tienen capacidad militar para continuar una guerra perdida. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha anunciado un plan de rearme para destinar hasta 800.000 millones en Defensa la próxima década frente al escenario de turbulencias geopolíticas. Esta iniciativa parece más bien una disparada hacia adelante de líderes que quedaron comprometidos con el tropezón bélico en Ucrania. Estos líderes advierten además que las fuerzas de ultraderecha siguen creciendo a caballo del empeoramientos de las condiciones de vida de la población, culpando a los inmigrantes o a la propia Unión Europea de sus desventuras.

Donde parece que habrá menos sorpresas es en Medio Oriente. La política exterior de Estados Unidos, gobiernen los demócratas o los republicanos, está fuertemente condicionada por el lobby sionista, que respalda a Netanyhau y la postura del Estado de Israel. Trump ha anunciado su decisión de no devolver la franja de Gaza a los palestinos, pero, por ahora, no ha convalidado la iniciativa sionista de declarar abiertamente una guerra con Irán.

La anunciada rescisión del contrato de Chevron para explotar petróleo en Venezuela, fue festejada por la derecha antichavista, que volvió a batir el parche con “el ahogo económico que arruinará a la dictadura madurista”. La prorroga del contrato por seis meses fue un mal trago, pero lo más grave es la creciente certeza que Trump ha dejado de confiar en quienes desde hace más de una década vienen prometiendo “que lo van a echar a Maduro”. Después de los fracasos de Henrique Capriles, Leopoldo López, Juan Guaidó y María Corina Machado, en Estados Unidos se ha fortalecido la idea de que han sido engañados por distintas bandas de estafadores que han lucrado con promesas que nunca cumplieron.

Por ahora, en el ajedrez geopolitico, Trump necesita del petroleo venezolano, pero esto no cambia la opinión que tiene sobre el gobierno chavista, un enemigo a aniquilar. Guyana un país que produce el mismo petróleo pesado que Venezuela puede ser un reemplazo en la importación de hidrocarburos, pero también una base para intentar una invasión, cuando se han perdido las cabezas de puente en Colombia y Brasil. Es un país fronterizo que mantiene con Venezuela una vieja disputa territorial por la región del Esequibo, por ahora en manos guyanesas. Empresas estadounidenses como la Exxon Movil estan explorando y explotando precisamente en esa zona, y es allí donde se han producido, en los últimos tiempos, las mayores provocaciones.

El último movimiento de Trump ha sido la suba de aranceles a las importaciones de Canadá, México y China. La medida ha sido respondida por los países afectados con sanciones recíprocas. Estos conflictos han generado turbulencias económicas que ayer se expresaron en una fuerte caída en la Bolsa de Nueva York. La portada del New York Times, que denunció la estafa de la cripto Libra en la Argentina, con protagonismo del presidente Javier Milei, acentuó las pérdidas para las empresas argentinas. Mauricio Claver-Carone, encargado de Trump para América Latina, adelantó que la justicia de su país investigará la estafa a la que aportó Milei cuando promocionó la criptomoneda Libra. Esta amenaza no parece tener consecuencias inmediatas, ni le quita el sueño al presidente estadounidense que ha participado en estafas parecidas. Pero los resultados de la investigación pueden ser utilizados como chantaje contra el presidente argentino, en el momento oportuno.

En este juego de fulleros que es parte de la política internacional, nadie muestra sus cartas y el único denominador común parece ser esquilmar a los más débiles y la apropiación de recursos ajenos. . Trump que ha hecho su fortuna prometiendo, amenazando y chantajeando a sus competidores es un jugador astuto.

Por fortuna en la política internacional, , además de estos jugadores de casino, también intervienen los pueblos, las luchas entre opresores y oprimidos y los enfrentamientos de clase.

Allí hay menos certezas, lo que me parece relevante apuntar es que cuando estallan las contradicciones intercapitalistas se producen fisuras, que los pueblos suelen aprovechar. .

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