Siria. El colapso de Assad: advertencias desoidas de Rusia e Iran

Resumen Latinoamericano, 10 de Diciembre de 2024.

La caída de la República Árabe Siria, gobernada por Bashar al-Assad, ha generado un intenso debate sobre el papel de los aliados de Siria, Irán y Rusia, quienes operan directamente en el terreno. Dos fuentes clave arrojan luz sobre múltiples advertencias dadas por ambas naciones que, al parecer, fueron ignoradas por el presidente sirio.

Según información publicada por la agencia de noticias iraní Fars, Irán, a pesar de su apoyo al gobierno sirio, no envió tropas a Siria debido a una serie de factores. La agencia destaca una evolución en la naturaleza del conflicto, con la “mutación genética” de los grupos terroristas, quienes dejaron de cometer actos de violencia y adoptaron una posición diplomática y la consiguiente disminución del apoyo popular al ejército sirio. Fars también señala una falta de motivación interna en el ejército sirio, atribuida a debilidades religiosas y económicas.

Sin embargo, el factor más determinante, según Fars, fue la actitud del propio Assad. El Ayatolá Jamenei, en una reunión con Assad el 10 de junio de 2024, le dirigió una “advertencia importante y razonable”. Irán, afirma la agencia, había advertido repetidamente a Assad sobre el fortalecimiento de los grupos terroristas, incluso antes del conflicto en el Líbano, ofreciendo propuestas que fueron rechazadas. A pesar de los esfuerzos iraníes, incluso enviando funcionarios de alto nivel para negociar hasta el último momento, Assad optó por confiar en las “promesas” de otros países árabes y occidentales, una decisión que resultó fatal. Irán, concluye Fars, decidió no intervenir tras constatar el “vacío” de esas promesas.

Por otro lado, un oficial sirio evacuado a la base aérea rusa de Khmeimim proporciona una perspectiva diferente, centrándose en el papel de Rusia. Según este oficial, en 2018, Rusia ofreció al gobierno sirio una reforma de sus fuerzas armadas, incluyendo el suministro de nuevos equipos a crédito, compensable a través de beneficios para las empresas rusas. Esta propuesta fue rechazada por la dirigencia siria.

Paralelamente a la inacción del gobierno sirio, Turquía y otros miembros de la OTAN sí fortalecieron a los grupos militantes, poco a poco transformados en un “ejército real”. La situación se agravó con la destitución de comandantes sirios que habían colaborado con el ejército ruso desde 2015 y la disolución de unidades entrenadas conjuntamente. El nombramiento de nuevos comandantes en las zonas de Alepo, Idlib y Hama, durante el último año, culminó con la deserción de estos nuevos oficiales y sus tropas.

En conclusión, tanto la información de Fars como el testimonio del oficial sirio apuntan a una convergencia de factores que contribuyeron al colapso del régimen de Assad. La falta de hegemónia interna, el debilitamiento del ejército y, sobre todo, la desestimación de las advertencias y propuestas de sus aliados históricos, Rusia e Irán, parecen haber jugado un papel crucial en la caída del gobierno sirio. El futuro de Siria y la región permanece incierto, mientras se analiza el legado de las decisiones tomadas y las consecuencias geopolíticas a largo plazo de este acontecimiento.

Fuente: Misión Verdad

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