Pensamiento crítico. Hegel y nosotros

Por Gonzalo Abella*, Resumen Latinoamericano, 7 de septiembre de 2024.


Hegel (1770-1831) fue un filósofo conservador: defendió al Estado prusiano alemán como la
sociedad perfecta, justificó la esclavitud diciendo que un esclavo no tiene vocación de libertad,
y afirmó que para buscar a Dios hay dos caminos: para los ricos, con tiempo ocioso, se puede
llegar a Dios por la razón; en cambio para los pobres, el único camino es la Fe.
Y como rico se puso a reflexionar sobre Dios. Afirma que Dios, para comprender su propia
perfección, necesita un contrario imperfecto para tener como referencia: por eso debió crear un
mundo material lleno de imperfecciones. El movimiento de ese Universo material imperfecto
(primero como naturaleza, después en la sociedad humana) refleja de una manera torpe los
movimientos que se producen en la propia conciencia de Dios, la Idea Absoluta y creadora de
todo. Y si Dios es movimiento, entonces su hijo malformado (nuestro Cosmos) también se
mueve en todas sus esferas: toda quietud es sólo ilusión. Hay reglas para el movimiento en la
Idea Absoluta, que (al reflejarse en el mundo por Él mismo creado) se vuelve Espíritu Absoluto;
entonces el movimiento de todo lo que palpamos, sentimos, conocemos o vivimos, todos los
movimientos de nuestro Universo imperfecto están sujetos a las mismas leyes para su
existencia y para su permanente transformación. Y en cada ámbito del Universo se produce
una unidad y una lucha de contrarios: por ejemplo, dentro del mundo imperfecto en el que
vivimos, Dios sopla un aliento de divinidad en el ser humano, que busca salir de su
imperfección y acercarse a Dios mediante un camino espiritual de creciente perfección.
Para Hegel, hasta el mismo Dios es esclavo de sus propias reglas; no puede salirse de la
Lógica que Él mismo creó. Pero esta visión racional sobre Dios, contraria al dogma irracional
de la Fe, llevó a algunos de sus alumnos universitarios, mayoritariamente hijos de burgueses
enriquecidos, a cuestionar otros aspectos de la propia doctrina del Maestro. En efecto: si todo
cambia, si todo se transforma, si Dios puso en movimiento y en transformación todo lo
existente, ¿entonces por qué Hegel hacía una excepción afirmando que el Estado prusiano
alemán, autoritario, represor, no podía transformarse también?
Sus discípulos cuestionadores fueron llamados “jóvenes hegelianos”. Entre ellos se fueron
destacando los jóvenes Marx y Engels. Antes de conocerse mutuamente, ya ambos tomaban
de Hegel varios conceptos filosóficos que fueron después aplicando juntos para la construcción
teórica del Socialismo Científico.
Ante todo, frente al pensamiento reaccionario dominante, represor de todo intento de cambio, y
de toda idea de cambio, Marx y Engels tomaron de Hegel el concepto de cambio permanente; y
como Hegel, vieron como motor del cambio, la coexistencia de factores antagónicos, cuyo
antagonismo culmina en un cambio violento (salto cualitativo) producto de la acumulación
previa de las tensiones no resueltas entre estos factores. Hegel había tomado un término
griego, la dialéctica, (concepto vinculado a la confrontación de ideas) para describir el
movimiento y el cambio movido por los choques internos.

Marx y Engels no tomaron a Dios como primer motor, porque pensaron la Naturaleza como
eterna; y en ese marco, describieron el desarrollo de la Humanidad también como movimiento
dialéctico, impulsado por el choque de intereses contrarios en su seno. La lucha de contrarios, a nivel social, fue entendida como lucha de clases. Varios pensadores de la época ya advertían
que la lucha de clases era un factor importante en la sociedad moderna, pero Marx y Engels
llevaron al desarrollo teórico de esta lucha hacia un final necesario y posible: el triunfo de los
oprimidos y la finalización de la lucha de clases. En un futuro fraterno, socialista y comunista,
otras serían las nuevas contradicciones que impulsarán el movimiento.
Sin proponérselo, Hegel hizo un aporte lógico importante a la construcción de todo Programa
de cambio social. Construyendo las herramientas para el cambio social y elaborando su
Programa, ajustándolo a cada nuevo desafío, desarrollando nuestra lucha social y política,
somos mucho más hegelianos de lo que pensamos.

*escritor uruguayo, militante de la UP

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