República Dominicana. Abinader, guardián del servilismo

Por Lilliam Oviedo, Resumen Latinoamericano, 1 de agosto de 2024.
Cómodo, e incluso rentable, resulta repetir el estribillo de los medios al servicio del capitalismo
y proclamar que María Corina Machado, con la careta de Edmundo González, ganó las
elecciones en Venezuela. Sin embargo, como dice Bertolt Brecht al poner voz a Galileo Galilei,
“el pensar es uno de los más grandes placeres de la raza humana”. Es irresistible la tentación
de afirmar que la derecha venezolana sabía quiénes serían movilizados a votar y cómo se
sacaría la cuenta del sufragio, y se torna difícil no preguntar por qué fueron insuficientes los
cuantiosos recursos de que disponía ese sector para que sus dirigentes evitaran el alegado
fraude.
Ese grupo neofascista financiado y asesorado por Estados Unidos y por una parte del
desencajado liderazgo europeo intenta readaptar a la nueva situación el quehacer conspirativo
formando un gobierno paralelo para presentar como ilegítimo el que salió de las urnas y como
legítima la agresión. El experimento con Juan Guaidó no tuvo éxito, y ahora lo reeditan con
figuras de mayor proyección.
La retención en centros imperialistas de recursos venezolanos y el apoyo logístico a grupos
fascistoides dentro de Venezuela serían oficializados con la complicidad del poder mediático,
pagado para no percibir el olor a sangre.
Las declaraciones de Laura Richardson desde la jefatura del Comando Sur del Ejército de
Estados Unidos, son elocuentes: “¿Por qué es importante esta región? Con todos sus ricos
recursos y elementos de tierras raras, tienes el triángulo de litio, que hoy en día es necesario
para la tecnología. El 60 % del litio del mundo está en el triángulo de litio: Argentina, Bolivia,
Chile… Tienes los recursos de Venezuela también, con petróleo, cobre, oro…”, dice la generala.
Pero el poder mediático trabaja para restar importancia a estas manifestaciones, porque tiene
el encargo de despojar a los seres humanos de la facultad de pensar.
El propio Brecht, en la primera mitad del siglo pasado, expresó que, más allá de discutir sobre
la utilización de la radio para difundir el arte o del arte para hacer mejor la radio, hay que
plantearse cómo utilizar el arte y la radio. Hoy, se impone buscar recursos para salvar el
raciocinio ante el ataque directo de un poder mediático con medios de mucho mayor alcance
que la radio.
La Organización de Estados Americanos, OEA, ha tenido que bajar el tono a la denuncia de su
secretario general, el desacreditado Luis Almagro, porque no puede minimizar el costo político
de caminar descaradamente junto al fascismo y el neofascismo.
Gobernantes como Gabriel Boric y Lula Da Silva mostraron sus sucios compromisos
respondiendo de manera oportuna a la exigencia imperialista, pero esto solo sirve para
mostrar como falaz la calificación de revolucionarios, izquierdistas y progresistas que el poder
mediático insiste en imponerles. El momento es de definición.
GUARDIANES DE LA INJUSTICIA
Desde República Dominicana, hay que decir que el presidente Luis Abinader, quien el pasado
lunes expresó que se propone convertirse en un guardián de la democracia, es, en realidad, un
cancerbero del autoritarismo, porque preside un gobierno de élite que impulsa códigos

misóginos y atrasados y ejerce una política exterior marcada por el entreguismo y por los
dictados del neofascismo.
¿Qué puede esperarse de quien ha planteado en los foros internacionales que es pertinente y
necesaria una ocupación en Haití?
No le importa sumarse a la iniciativa que encabeza formalmente el ridículo Javier Milei, y se
dejó colocar entre los solicitantes de una reunión en la OEA para rechazar el resultado de las
elecciones en Venezuela.
Abinader, como los presidentes de Argentina, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Panamá,
Paraguay, Perú y Uruguay, solicitantes de esa reunión, no necesita presentación. Es conocido
su compromiso en el accionar contra la autodeterminación de los pueblos y en la preservación
del atraso político.
Vergüenza debe causar a Lula el comunicado en el cual Milei le agradece la iniciativa de
resguardar la embajada de Argentina en Venezuela ante las amenazas de “el dictador
Maduro”.
Entre politiqueros gobernantes y no gobernantes que forman un grupo de falsos progresistas,
renegados que se mueven entre el disfraz y el descaro y traidores culpables de vender lo no
vendible, hay que llamar la atención sobre el proyecto de fortalecer a la derecha en América
Latina.
Las sanciones contra Cuba y contra Venezuela, que seudoanalistas de los medios pretenden
presentar como intrascendentes (quieren decir que es inocuo el neocolonialismo), son
sanciones contra los pueblos, contra los anhelos de libertad y los proyectos de
autodeterminación, y esa realidad es el marco de la agresión. Los episodios tienen
protagonistas diversos con denominaciones clasificables, pero son solo episodios.
El Brecht que no pierde vigencia, advierte: “En el momento de marchar, muchos no saben/ que
su enemigo marcha al frente de ellos/ la voz que les manda /es la voz de su enemigo. /Quien
habla del enemigo/ él mismo es enemigo”.
¿Hay mejor definición para el proyecto de María Corina Machado, sus manejadores y sus
subalternos en Venezuela y para los gobernantes entreguistas? ¿La hay para los medios que
forman el coro de la infamia colonialista?
El ejercicio de pensar, además de humanamente placentero, es políticamente imprescindible…
Eso sí, genera el deber de señalar con el dedo al enemigo y de despojarlo de sus disfraces.

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