Brasil. Indígenas guaraní kaiowá son baleados en ataques tras recuperación de tierras en MS: ‘prometen masacre’

Gabriela Moncau, Brasil de Fato /Resumen Latinoamericano, 15 de julio de 2024.

‘Los campesinos disparan a matar’ advierte Aty Guasu, Gran Asamblea Guaraní Kaiowá: ‘Pedimos ayuda’

Al menos dos indígenas del pueblo guaraní kaiowá fueron baleados en ataques perpetrados por hombres en camionetas en diferentes regiones de Mato Grosso do Sul entre el domingo (14) y este lunes (15). Los ataques se produjeron luego de que territorios ancestrales que ya habían sido delimitados, pero con una demarcación estancada, fueran retomados por indígenas este fin de semana. Las áreas están superpuestas por granjas. 

En la noche del sábado (13) al domingo (14) un grupo de indígenas ocupó un área de la Tierra Indígena (TI) Panambi-Lagoa Rica , en la ciudad de Douradina (MS). Alrededor de las 14.00 horas se registraron ataques armados no sólo en la zona retomada, sino en las cuatro comunidades que actualmente componen el territorio: Itay, Guyra kamby’i, Gaaro’ka y Tajasu Iguá. 

El indígena Paulo Aquino, de 56 años, recibió un disparo en la pierna izquierda. Nhandesy (oración) Sheila Kaiowá, de 63 años, sufrió heridas en el brazo y el pie. Un video difundido por Coletivo Terra Vermelha muestra una serie de camionetas avanzando por un camino de terracería y indígenas corriendo mientras se escuchan disparos.

A unos 110 kilómetros de distancia, en la ciudad de Caarapó (MS), otra zona cuya demarcación está estancada, perteneciente al TI Amambaipeguá I , fue retomada por indígenas en la madrugada de este lunes (15).  

Temprano en la mañana, un ataque de similares características asedió el área y también disparó en la pierna a la joven Daiane Guarani Kaiowá. A las 12:00 Brasil de Fato habló con un líder de la zona y la ayuda aún no había llegado. 

En nota a Aty Guasu, Gran Asamblea Guaraní Kaiowá, denunció que el ataque fue realizado por “campesinos de la región, quienes invadieron en grupos nuestra comunidad”.  

“Están disparando a matar y prometiendo una masacre. Estamos pidiendo ayuda urgente”, advierte la organización indígena.  

En una publicación en Instagram, Aty Guasu etiquetó el perfil del Presidente de la República. “Los pueblos guaraní y kaiowá esperaron pacientemente cuando Lula dijo que seríamos una prioridad. ¡Ahora haremos varias repeticiones y nos enfrentamos al derramamiento de sangre y a la muerte!”, dice el post. “Ahora respóndenos Lula”, exige Aty Guasu.  

Contactada por el informe, la Policía Federal informó que estaban “siguiendo de cerca el caso, con la Funai [Fundação Nacional dos Povos Indígenas] y el MPF [Ministério Público Federal], que también se encuentran en el lugar. Al momento se ha iniciado la fase investigativa para esclarecer el hecho”.  

La Funai fue interrogada sobre la situación actual y el proceso de demarcación de ambos LI, pero no respondió hasta que se redactó el artículo.  

Panambi-Lagoa Rica 

Desde 2011, la Tierra Indígena Panambi-Lagoa Rica ha sido oficialmente reconocida, identificada y delimitada en 12,1 mil hectáreas. Sin embargo, a lo largo de estos 13 años, el proceso de demarcación no ha avanzado: todavía falta la publicación de una ordenanza declarativa y su aprobación. 

Es por estos “largos años de espera”, “sobreviviendo en chozas de lona, ​​sin las mínimas condiciones de vida, sufriendo amenazas y persecución por parte de los latifundios que nos rodean con su producción de granos” que, según nota de Aty Guasu, un grupo de indígenas decidió recuperar parte de su territorio ancestral.  

“La Funai, hasta este año, seguía centrada en el proceso de protesta campesina, paso que debería haber concluido a mediados de 2012 o 2013”, destaca Matías Hampel, del Consejo Indígena Misionero (Cimi). 

“Esta negligencia hacia el pueblo Kaiowá generó dos problemas. El primer problema es que los agricultores empezaron a atacar a los indígenas. Y el segundo es un proceso judicial, que es a nivel del Juzgado Regional Federal-3, que incluso cuestiona la validez del proceso de demarcación”, enumera.     

Este escenario, combinado con la presión ruralista en el Congreso Nacional, que aprobó la Ley Marco Temporal (14.701/23) y los intentos de reforzarla en una Propuesta de Enmienda a la Constitución (PEC 48/23), intensificó la tensión en Mato Grosso do Sur. . 

“Esto ha generado un sentimiento entre los indígenas de que no sólo el gobierno no aprobará las tierras, sino que la vigencia del plazo o cualquiera de estos otros instrumentos de muerte, como los llaman, afectará directamente los procesos de demarcación”, evalúa Matías Hampel. 

Los ataques de este domingo y lunes se suman a una historia de asesinatos de indígenas en esta misma región. “Recordamos que en 2015, estos mismos grupos de campesinos ya atacaron la comunidad de Guyrakamby’i y que solo no cometieron una masacre porque el Ministerio Público Federal (MPF) lo impidió. Solicitamos urgentemente ayuda y que el Estado garantice nuestra seguridad, ya que estamos en nuestro territorio ancestral”, destaca Aty Guasu, en una nota.   

Los indígenas se refieren a un ataque perpetrado por agricultores en el distrito de Bocajá en 2015, que resultó en la muerte de Semião Fernandes Vilhalva. En aquella ocasión, el MPF-MS abrió una investigación para investigar la posible formación de una milicia privada de terratenientes rurales.  

El caso se hizo público tras la publicación de mensajes de Whatsapp en los que el presidente de la Unión Rural Rio Brilhante, Luís Otávio Britto Fernandes, llamó a “los productores rurales a unirse y trasladarse al lugar” donde había una “finca invadida”.  

Caarapó y la memoria de una masacre 

Delimitado en 2016, el Dourados Amambaipeguá I TI cubre 55,4 mil hectáreas. Los guaraní kaiowá viven, sin embargo, confinados en una superficie de unas 3.000 personas.  

Los disparos realizados desde el interior de camionetas este lunes (15) se refieren a un episodio ocurrido en el mismo lugar, hace ocho años. La Masacre de Caarapó  ocurrió en respuesta a la retoma de un territorio tradicional superpuesto por la Granja Yvu.

En aquella ocasión, alrededor de 70 pistoleros se reunieron en la sede de Coamo, una de las cooperativas agroindustriales más grandes de América Latina. El ataque fue perpetrado por orden de los agricultores Nelson Buainain Filho, Virgílio Mettifogo, Jesús Camacho, Dionei Guedin y Eduardo Yoshio Tomonaga. El indígena Clodiodi Aquileu Rodrigues de Souza fue asesinado, otras seis personas resultaron heridas y una fue arrestada.   

Desde entonces, la violencia no ha cesado. En febrero de este año, alrededor de cinco meses después de haber erigido, en un esfuerzo conjunto, una oga pissy (casa de oración, en guaraní) en el territorio retomado de Kunumi Verá, los indígenas vieron cómo el espacio sagrado era incendiado y reducido a polvo. Los autores del incendio no fueron identificados.  

Edición: Felipe Mendes

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