Pensamiento Crítico. Hipocresía occidental ante los crímenes del sionismo

Por Pablo Jofré Leal. Resumen Medio Oriente, 04 de julio de 2024.

La impostura, el engaño de occidente tiene su expresión más palpable en los crímenes que comete el régimen nacionalsionista contra el pueblo palestino, como también en el proceso de desestabilización contra El Líbano, Irak, la guerra contra Siria desde el año 2011, la agresión contra Yemen desde el año 2015 y la política de máxima presión contra la República Islámica de Irán, desde el momento mismo de su triunfo el año 1979.

Esto, ya sea en forma directa o con el apoyo de grupos extremistas nacidos al amparo del sostén económico, político, militar, logístico y de inteligencia de Estados Unidos, sus socios de la OTAN, la entidad nacionalsionista israelí y regímenes monárquicos como el de Arabia saudí y Emiratos Árabes Unidos (EAU)

En escritos que he publicado hace más de tres lustros (coincidente con el despertar islámico que signo el año 2011) esta hipocresía occidental y la utilización de entidades actuando como testaferros, punta de lanza de ese poder hegemónico, han sido parte de las ideas expresadas permanentemente en mis escritos referidos a Asia Occidental. En esa región, en medio de guerras, invasiones, agresiones militares, económicas, bloqueos, operaciones de falsa bandera, entre otras acciones se ha generado la mayor comedia en política exterior que conozca el mundo, con actores principales claramente distinguibles en Washington, Europa y con ella la OTAN, Japón, Australia, Corea del Sur, incluso países africanos como la monarquía marroquí, entre otros (1)

Efectivamente, en un marco de inestabilidad con millones de migrantes – sean estos legales o ilegales – y refugiados que gozan de un estatuto especial – enmarcado en la Convención Sobre el Estatuto de los refugiados – la situación en Asia occidental también suma a aquellos seres humanos que entran en la definición de desplazados internos y donde es fundamental no confundir migrantes con refugiados pues esto puede acarrear serias consecuencias para las personas que entran en la categoría de refugiados. La Organización Internacional de Migraciones (OIM) en su informe sobre las migraciones del año 2024 señala que “existen aproximadamente 281 millones de migrantes internacionales en todo el mundo, la cantidad de personas desplazadas ya sea por los conflictos, la violencia u otros motivos, ha aumentado alcanzando los niveles más elevados registrados en épocas recientes, con una cifra de 117 millones” (2)

Para la ACNUR “Mezclar los dos términos desvía la atención de las salvaguardas legales específicas que los refugiados requieren. Puede perjudicar el apoyo público hacia los refugiados y la institución del asilo en un momento en que más refugiados que nunca necesitan dicha protección” (3) La hipocresía también pasa por no dar a los términos su justa definición. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas Para los Refugiados – ACNUR – ha llamado a usar bien la terminología respecto al tema migrantes y refugiados Los refugiados son personas que huyen de conflictos armados o persecución. Con frecuencia, su situación es tan peligrosa e intolerable que deben cruzar fronteras internacionales, para buscar seguridad en los países cercanos. Son reconocidos como tal, precisamente porque es muy peligroso para ellos volver su país y necesitan asilo en algún otro lugar. Para estas personas, la denegación del asilo tiene potencialmente consecuencias mortales.

El derecho internacional define y protege a los refugiados. La Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y su Protocolo de 1967, así como otros instrumentos legales, tales como la Convención de la OUA por la que se regulan los aspectos específicos de problemas de los refugiados en África de 1969, o la Declaración de Cartagena sobre los Refugiados de 1984, continúan siendo la piedra angular de la moderna protección de los refugiados. Los principios legales que engloban han permeado innumerables leyes y costumbres internacionales, regionales y nacionales. La Convención de 1951 define quién es un refugiado y delimita los derechos básicos que los Estados deben garantizar a los refugiados. Uno de los principios fundamentales establecidos en el derecho internacional es que los refugiados no deben ser expulsados o devueltos a situaciones en las que su vida y libertad están en peligro. Tal determinación no elimina los actos violatorios de millones de refugiados palestinos, por ejemplo, pero también aquellos sirios, afganos, yemeníes, iraquíes, que han debido abandonar su tierra ante el peligro vital.

A esos millones de refugiados producto de las guerras, hay que sumar muertos, heridos y destrucción de la infraestructura industrial, económica, sanitaria, educacional, vial de los países agredidos. Es en ese escenario, donde la violación del derecho internacional, la mudez, sordera y ceguera de los organismos que la humanidad se ha dotado, para llevar adelante procesos de un supuesto entendimiento en sus relaciones, expresa con mayor certeza la hipocresía de Washington y sus aliados contra aquellos países que han visto desangrar sus sociedades a manos de esas “democracias occidentales”.

Palestina hoy, tal como hace 76 años es un referente de la necesidad de generar acciones que termine con aquellas políticas genocidas por una parte y de generar el desplazamiento de millones de seres humanos como ha sido la práctica del régimen nacionalsionista israelí. La al Nakba del año 1948 que generó la expulsión de 800 mil palestinos de sus tierras ancestrales tras el nacimiento de la entidad israelí el 14 de mayo de ese 1948 no ha cesado en su práctica de desplazamiento, expulsión, impedir el retorno de los refugiados a sus hogares originales, como también generar una política de solución final al estilo de aquella política establecida por el régimen nacionalsocialista del Tercer Reich alemán.

Desde el 7 de octubre del 2023 cuando la resistencia palestina concretó la llamada Operación política militar Tormenta de Al-Aqsa, el régimen sionista invadió la Franja de Gaza desde el norte de este enclave comenzando una planificada operación de expulsión de la población gazatí hacia el sur de la Franja. Esta política militar, claramente violatoria del derecho internacional, de las leyes de la guerra y cuanta convención, acuerdos, tratados se hayan firmado para proteger a la población civil ha sido violado por el ente infanticida israelí. Sólo en la Franja de Gaza el desplazamiento de la población ha significado que desde el norte y centro del enclave hayan huido hasta la ciudad de Rafah –situada en el límite entre gaza y Egipto– 1.5 millones de palestinos. Generando una crisis humanitaria de proporciones considerada una de las más graves de las últimas décadas.

La hipocresía a la que hago referencia se ha vivido con enorme intensidad en los últimos 9 meses en la Franja de Gaza – enclave habitada por 2.3 millones de palestinos, gran parte de los considerados refugiados por la UNRWA que antes de la invasión sionista proporcionaba educación, acciones sanitarias, servicios sociales, préstamos solidarios, asistencia de emergencia a refugiados con cerca de 13 mil funcionarios repartidos en 300 instalaciones por toda la Franja, hoy, gran parte de ellas destruidas, bloqueadas e incluso con su personal asesinado. Hasta ahora, las fuerzas de ocupación israelí han asesinado a 40 mil palestinos: hombres, mujeres y entre ellos 18 mil niños. Más de 90 mil heridos y una cifra estimada de 12 mil palestinos que yacen bajo los escombros. La destrucción del 75% de la infraestructura habitacional, escuelas, mezquitas, iglesias, universidades, calles, servicios básicos sanitarios, energéticos entre otros.

Este exterminio, que ha causado la repulsa mundial, no inmuta a las autoridades sionistas, que han señalado por medio de uno de sus ministros más extremistas como es el colono Itamar ben Gvir, – ministro de seguridad nacional – el impulsar el asesinato de todos los prisioneros palestinos en una política que asimila este sionismo al nazismo. Gemelos en el crimen, donde el exterminio, las masacres, la detención, torturas y asesinatos de aquellos palestinos que han caído en las manos de este régimen genocida se multiplican por miles.  Una conducta crónica, que se extiende ya por 76 años, similar a aquella expresada en su oportunidad por un ex general de Brigada israelí, Zvika Fogel, en declaraciones efectuadas a la Corporación de Radiodifusión israelí – cadena Kan – quien sostuvo que ante las llamadas marchas por el retorno del pueblo gazatí (4) en la frontera artificial entre Gaza y la palestina histórica ocupada por colonos judíos, los francotiradores y soldados del régimen de Tel Aviv estaban autorizados para abrir fuego mortal contra cualquier persona bajo la consideración de ser una amenaza, incluso si se trataba de menores de edad o niños, porque en ese caso sostienen los extremistas israelíes que “merecen ser castigados con la muerte”. Ayer y hoy dicha conducta ha sido crónica.

Lo mencionado son pruebas evidentes de la conducta criminal de la sociedad israelí y sus líderes políticos y militares. Pruebas que deben ser parte del dossier, las carpetas, imágenes gráficas, declaraciones de autoridades internacionales, videos que servirán para juzgar a cada uno de los criminales responsables del exterminio de hombres, mujeres y niños, que incitan al genocidio. Juzgarlos en un Tribunal Penal internacional como agravantes de crímenes de lesa humanidad. Ante organismos internacionales como la Corte Penal Internacional y la Corte Internacional de Justicia que recién hoy, tibiamente están impulsando determinaciones que involucran acusaciones de genocidio y solicitudes de detención por crímenes de guerra, tanto al primer ministro sionista Benjamín Netanyahu y su ministro de la guerra Yoav Gallant.

La ONU debe abrir una investigación “transparente e independiente’ sobre los crímenes de guerra y lesa humanidad ejecutados por el nacionalsionismo contra el pueblo palestino, especialmente en Gaza, pero sin descuidar los crímenes que se cometen en cada una de las ciudades de Cisjordania. Una necesidad que enfrenta las fuertes presiones y chantajes de Washington y sus socios europeos, principalmente Gran Bretaña y Alemania. Ambos, convertidos en los escuderos del ente infanticida israelí. No existen sesiones especiales del Consejo de Seguridad para pedir que se aplique la Carta de las Naciones Unidas en su Capítulo VII en especial su artículo 42. El mundo, a pesar de ciertas acciones impulsadas por Sudáfrica, por ejemplo, de acusar a Israel ante la Corte Internacional de Justicia por “conducta genocida” y seguido en ello por gobiernos como el de Colombia, Malasia, Pakistán, Bangladesh y Maldivas. Además de Brasil, Venezuela, Bolivia, Cuba, Chile, entre otros, no han sido suficientes para impulsar un castigo global contra el régimen genocida que implique sanciones, embargos, bloqueos, detención de sus líderes políticos y militares. Esto, al mismo tiempo que gran parte de Europa suele desgarrar vestiduras cuando se acusa a Rusia y China prefiere seguir mirando para el lado, en forma cobarde y miserable.

Esta hipocresía a la cual hago referencia, por el doble rasero de aquellos que nos hablan de democracia, libertad, respeto a los derechos humanos y los violan día a día. Una conducta que merece nuestra condena. Y, en ello hago referencia a cartas enviadas por Seyed Ali Jamenei a los jóvenes del mundo, en tres oportunidades convocando en cada oportunidad, principalmente a los jóvenes del mundo – en virtud de su reserva moral y su capacidad de cambiar el mundo – para construir un futuro mejor y más seguro con relación a las tragedias y actos terroristas que hemos vivido (5). Esto, pues cambiar la manera que occidente se comporta con el mundo permite pensar en sociedades distintas para el conjunto de los seres humanos. Por ello, estos jóvenes tienen una enorme responsabilidad. No cambiar para beneficiar a unos pocos, sino en provecho del conjunto del planeta. “Los musulmanes del mundo sienten lo mismo y odian a los autores de tales tragedias. Pero la cuestión es que, si los actuales sufrimientos no nos ayudan para construir un futuro mejor y más seguro, entonces se convertirán solamente en recuerdos amargos e infructuosos. Tengo fe de que solamente ustedes, los jóvenes, al tomar lecciones de las adversidades de hoy, serán capaces de encontrar nuevas medidas para definir el futuro, y obstaculizar los desvíos que han creado la situación actual en el Occidente”.

Un Líder religioso que el pasado 30 de mayo felicitó a los jóvenes universitarios y sus campañas en apoyo a palestina con el lanzamiento de un movimiento propalestino en varios campus del país, donde se denuncian, no sólo los crímenes del sionismo, sino también el apoyo a esa política por parte del gobierno estadounidense. Efectivamente, los estudiantes manifiestan su rechazo, día a día, al sostén militar de Estados Unidos a su aliado israelí, y exigen a sus universidades que corten toda relación con centros de estudio universidades y empresas vinculadas al sionismo Israel. “¡Queridos jóvenes estudiantes de Estados Unidos! Este es nuestro mensaje de simpatía y solidaridad con ustedes. Ahora se encuentran del lado correcto de la historia” (6) escribió Seyed Ali Jamenei dejando al descubierto, en esas pocas letras, el carácter hipócrita de los gobiernos occidentales y la necesidad de apoyar el esfuerzo de esta juventud destinada a cambiar el mundo.

1. https://articulo.islamoriente.com/article/la-hipocresia-occidental-ante-los-

2. https://worldmigrationreport.iom.int/msite/wmr-2024-interactive/?lang=ES

3. https://reliefweb.int/report/world/refugiado-o-migrante-acnur-insta-usar-el-t-rmino-correcto

4. https://actualidad.rt.com/actualidad/269416-francotiradores-israel-listos-atacar

5. Parte de la segunda carta de Seyed Alí Jamenei dirigida a los jóvenes occidentales “Las invasiones de los últimos años al mundo del islam, que ha dejado numerosas víctimas, es otro ejemplo de la lógica contradictoria de Occidente. Los países invadidos, además de sufrir grandes pérdidas de vidas humanas, ven destruidas sus infraestructuras económicas e industriales, se paraliza su crecimiento o, en algunos casos, se retrasa su desarrollo durante décadas. Sin embargo, de forma insolente, se les pide que no se consideren oprimidos. ¿Cómo se puede transformar en ruinas a un país, demoler sus ciudades y pueblos y después decirles a sus ciudadanos que, por favor, no se consideren oprimidos? En vez de invitarlos a no comprender u olvidar las tragedias, ¿no sería mejor una disculpa sincera? El sufrimiento del mundo del islam, en los últimos años de doble rasero e hipocresía de los invasores, no es menor que los daños materiales. ¡Queridos jóvenes! Tengo la esperanza de que ustedes, hoy o en el futuro, cambien esa forma de pensar inducida por la hipocresía, un pensamiento cuya estrategia es ocultar objetivos a largo plazo y adornar propósitos maliciosos. En mi opinión, la primera fase para fomentar la seguridad y la tranquilidad es reformar ese pensamiento que genera violencia. Mientras el criterio de doble rasero prevalezca en la política de Occidente, el terrorismo, de acuerdo con sus poderosos patrocinadores, se divida en buenos y malos, y los gobiernos prioricen sus intereses por encima de los valores humanos y morales, no se debe buscar la raíz de la violencia en otro lugar…”

6. https://es.irna.ir/news/85494245/Est%C3%A1n-ustedes-en-el-lado-correcto-de-la-historia-cuyas-p%C3%A1ginas

Fuente: HispanTV

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